Brotan candidatos para la presidencial del 2023

Por Claudio Leveroni

La derrota del oficialismo en las PASO no solo provocó cambios en el gabinete y una catarsis de proporciones en la fuerza política gobernante, también dejó dudas sobre la proyección del presidente Fernández respecto a sus posibilidades de instalarse para una posible reelección.

Antes de las primarias no había mayores dudas al respecto. La unidad del Frente de Todos concebía un nuevo período con la misma fórmula ganadora en 2019. La derrota agrietó esa chance, abrió las puertas a nuevas postulaciones y reavivó otras que permanecían adormecidas. Entre ellas, la de Sergio Massa. El titular de la Cámara baja mantiene férreo control de su estructura fundacional. El Frente Renovador controla varios ministerios, secretarías y empresas públicas.

Massa no es el único que alienta esperanzas de encabezar una fórmula en el 2023. El remezón post PASO instaló a otro candidato en la jefatura de gabinete. Detrás de la dinámica que implementó Juan Manzur para fortalecer vientos de cambios en el gobierno nacional, hay una inocultable intención de instalarse como un posible aspirante presidencial. Llega bendecido por votos de su provincia y con acompañamiento de varios pares de la región norte.

Desde el kirchnerismo se escuchan varias versiones sobre el abanico de posibilidades futuras. Auguran la posibilidad de revertir en noviembre el resultado electoral. Lo esperan especialmente en la provincia de Buenos Aires. Hacen foco en la enorme ausencia de votantes, la asistencia fue solo del 66% del padrón, se trata del porcentaje más bajo de participación desde que se comenzaron a implementar las elecciones Primarias. Apuntan a fortalecer mayor territorialidad, por eso la convocatoria a ocupar espacios centrales a intendentes.

En Juntos por el Cambio nadie esperaba semejante resultado en las PASO. La sorpresa dio paso a un reacomodamiento de intereses propios con vista a 2023. Existe el temor de un escenario cambiante para el 14 de noviembre. Con buen tino recuerdan lo sucedido en 2019 cuando lograron acortar, entre una y otra elección, 10 puntos que los separaban de la fórmula presidencial del Frente de Todos.

Una primera estrategia opositora es poner en duda la limpieza del próximo comicio. Alimentar la desconfianza conlleva riesgos que pueden tornarse inmanejables. Juegan con fuego cerca de una estación de servicio. Hay una franja de la población intoxicada de odio que consume todo lo que vaya en esa dirección.

Juntos por el Cambio armó un plenario para mostrarse unido. El Pro, fortalecido por el rotundo triunfo electoral ante la UCR en las primarias, sacó ventajas. Mostró a Macri en la cumbre, pero no lo dejó hablar. Van limando su protagonismo a sabiendas que está fresco aún en la gente el recuerdo de su desastrosa gestión presidencial.

Larreta percibe que puede ser su momento. Si en noviembre se ratifican los números electorales, sus chances se verán acrecentadas para ser el candidato de la alianza de centro derecha dentro de dos años. Quiso mostrarse como tal y una forma de hacerlo fue dar un paseo por Estados Unidos. Pavonearse por el norte siempre trae réditos. No fue una gira económica, sacarse una foto con Bill Clinton le costó más de 200 mil dólares según deslizó Jorge Asís desde sus análisis televisivos. No debe estar errado, se sabe que los ex presidentes norteamericanos arman fundaciones y recaudan dinero de quienes quieren mostrarse cerca de sus figuras.

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