En lo que surge como un verdadero desafío argumental para los espacios políticos de derecha de nuestro país que fustigan subsidios del Estado a los sectores empobrecidos a causa de las consecuencias de la pandemia, el Congreso de Estados Unidos aprobó un plan de ayuda económica para hogares y empresas por 900.000 millones de dólares. Esta cifra sideral, que pone el pie en el acelerador de la emisión monetaria (demostrando que no provoca inflación) resulta fundamental para corregir el rumbo de la primera economía mundial que es una de las naciones más fuertemente golpeada por la pandemia de coronavirus.

El contundente apoyo que obtuvo el paquete de ayuda en el Senado y la Cámara de Representantes allanó el camino para que el presidente Donald Trump lo promulgara este martes, y evitar así un cierre del Gobierno federal. “El pueblo estadounidense puede estar seguro de que hay más ayuda en camino, de inmediato”, dijo en Twitter el líder republicano del Senado, Mitch McConnell.

El acuerdo traerá oxígeno a millones de desempleados estadounidenses que veían como después de Navidad iban a expirar las ayudas, y proporcionará una nueva inyección de dinero líquido a los hogares más vulnerables. Las pequeñas empresas se beneficiarán de más subvenciones gubernamentales, mientras que el paquete también incluye ayudas para el alquiler y para las familias que enfrentan un desalojo.