Si un sello identificador de gestión le quedará a la época del PRO al frente del gobierno porteño, es el de los negocios inmobiliarios. Ha desplegado una extraordinaria tendencia en beneficio de las constructoras que potenciaron su propio desarrollo, dejando dudosos beneficios para el conjunto social de la ciudad.

En las últimas horas se subastaron los terrenos del ex Tiro Federal Argentino, ubicados en Avenida Del Libertador y Udaondo, una zona codiciada por los emprendedores inmobiliarios. Fueron rematados por $ 5.600 millones -unos u$s 151 millones-, levemente por encima del precio base de $ 4.762.000.000 con los que comenzó la puja. Ahí se podrán construir torres de hasta 150.000 m2 y 100 metros de altura destinadas a viviendas y oficinas, aunque del total de la superficie el 65% se deberá destinar a espacios públicos. Detrás de esta operación se huelen muchas más, tantas como se pueda imaginar en un corredor inmobiliario que abarque también las hectáreas linderas que ocupan el histórico CENARD y el Instituto Romero Brest (antiguo club YPF). El Jefe de Gabinete, Felipe Miguel, abordado por periodistas acreditados en la Legislatura Porteña, se atajó este martes al responder que “por ahora no hay proyecto inmobiliario” para esas 12 hectáreas. Pero, sí confirmó que los deportistas que asisten al Centro Nacional del Deporte, deberán dejar Núñez para mudarse a Villa Lugano. Miguel no pudo, no supo o no quiso, responder que destino tendrán las valiosas hectáreas que ocupa el CENARD, que incluyen instalaciones polideportivas y un hotel. No es difícil imaginar que, por lo valioso de esas tierras, continúe el festival inmobiliario en detrimento de la calidad de vida de los porteños.