La oposición volvió a movilizarse este lunes, por séptima vez en 10 meses que lleva la gestión de Alberto Fernández, en distintos puntos del país con una variedad de reclamos tan amplia como confusa. Entre sus manifestantes volvieron a observarse pedidos para terminar la cuarentena, los antivacunas, reclamos judiciales y calificativos degradatorios sobre la vicepresidenta Cristina Fernández.
Pese al pedido en contra de Fernández, un numeroso grupo de militantes peronistas se reunieron frente a la quinta de Olivos a partir de las 14:00 (foto), tal como lo habían anunciado. La idea era simbolizar un abrazo al presidente como forma de defender al gobierno. Poco después de las 16:00 comenzaron a ser hostigados en forma violenta por grupos opositores que terminaron siendo más numerosos desplazándolos del lugar.
El presidente se expresó a través de un mensaje desde su cuenta en la red twitter señalando. “Disentir con un gobierno es parte de la democracia. Movilizarse, aun con el riesgo que implica en una pandemia, también”, e inmediatamente se refirió a la publicación realizada por el diario Clarín (sin nombrarlo) señalando que uno de los puntos de la movilización opositora era la esquina donde vive la vice presidenta Cristina Fernández. El primer mandatario escribió “promover una convocatoria a una protesta en el domicilio de una persona solo fomenta la grieta y daña esa convivencia democrática”.
El presidente se preocupó durante las primeras horas de la jornada en realizar llamados para desactivar una movilización impulsada por varios gremios en la puerta del domicilio de Cristina Fernández con la intención de evitar el escrache opositor. También hubo enojos presidenciales para quienes concretaron la movida en Olivos que tuvo máxima tensión.
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