Un proyecto de ley impulsado por el Poder Ejecutivo de la Ciudad propone que sean los fabricantes de pilas y baterías los que se encarguen de su disposición final, tal como sucede en varios países. Según establece en sus argumentaciones, la propuesta busca garantizar la gestión ambiental de pilas en desuso, considerándolas como residuos sólidos urbanos sujetos a manejo especial.

Como dato el informe refiere que se estima un consumo promedio anual de 19 millones de pilas, generalmente desechadas en los cestos de basura que terminan en el relleno sanitario ubicado en la zona noreste del Gran Buenos Aires. Argentina importa 200 millones de pilas de uso común al año. El 40% son pilas primarias y el 60% incluyen las recargables, principalmente las baterías utilizadas en telefonía celular, computadoras portátiles, cámaras fotográficas y de video. El proyecto del Ejecutivo se encuentra en la Legislatura Porteña para ser debatido en comisión y su posterior sanción en el recinto.