El dicho popular asegura, al que madruga Dios lo ayuda. El Pro porteño lo asumió como propio, no esperó un minuto más para comenzar de manera intensiva. Este sábado lanzo la campaña electoral buscando despejar un camino complicado que tiene por delante, primero ganando la interna propia con dos listas que lo enfrentan (Republicanos Unidos con López Murphy y la radical Adelante Ciudad, con Adolfo Rubistein) y después la general con encuestas  que lo tienen como favorito, aunque con menos ventaja que en elecciones anteriores.

En la soleada tarde porteña desplegaron mesas en casi todos los barrios y el propio Jefe de Gobierno (foto) estuvo repartiendo volantes acompañado por candidatos del sector. En esa postura se anotó un punto de ventaja ante las otras fuerzas políticas que compiten en la ciudad, aún remolonas en salir a la calle. “La gente está lejos de meterse en clima de elecciones”, indicaron voceros del Frente de Todos ante la consulta de CP, justificando la no presencia activa en las calles.

Larreta necesita conseguir mayoría absoluta en el parlamento de la ciudad para poder avanzar sin inconvenientes con los polémicos proyectos inmobiliarios, como los edificios en Costa Salguero, que han generado una fuerte oposición de organizaciones sociales y profesionales.