Por Claudio Leveroni

¿Por qué el presidente Macri ofreció una conferencia de prensa en la que no hizo anuncios, ni respondió la mayoría de las preguntas? Cuáles fueron los motivos que llevaron a una convocatoria anunciada con varios días de anticipación, donde pudieron preguntar medios no afines con las políticas del gobierno.

Unir acontecimientos con información propia, capturada en charlas tan informales como terapéuticas en los pasillos que circundan el poder, puede permitir una lectura cercana a la verdad. En la decena de preguntas planteadas al presidente había dos o tres que no podían faltar. Macri las esperaba, no es alocado pensar que con anterioridad había pergeñando una respuesta adecuada a sus necesidades políticas. Una de esas preguntas esperadas era la referida a los aportantes truchos en las campañas electorales de la alianza Cambiemos. Infaltable, mucho más si uno de los periodistas acreditados a preguntar pertenece al sitio El Destape, el mismo desde donde Juan Amorín lanzó la primicia transformada en un verdadero escándalo. Macri la esperó y respondió según el libreto estudiado. Aclaró que su partido había presentado los papeles, para después descargar la responsabilidad en la gobernadora Vidal que horas antes había anunciado la renuncia, por su pedido, de una funcionaria de confianza involucrada en la investigación judicial.

Un par de horas más tarde de concluida la reunión de Macri con los periodistas, el Grupo Clarín (que nunca trató el tema de los aportantes truchos en innegable protección política hacia Vidal) le salió al cruce al Presidente. Lo hizo a través del siempre cauto comunicador Nelson Castro, quien sorprendió tratando de mentiroso a Macri. Lo hizo mostrando desde su celular una nota publicada meses atrás en el diario La Nación. El artículo daba cuenta que la jueza electoral María Romilda Servini de Cubría había rechazado la presentación realizada por el PRO justificando su financiamiento electoral.

En los reportes con encuestas que llegan con credibilidad a la Casa Rosada la imagen positiva de Vidal supera con amplitud a la de Macri. Esta información, más lo que representa la bendición del poderoso peso del Grupo Clarín, ha provocado un paulatino realineamiento interno dentro de la alianza gobernante. Son sectores que empiezan a aceptar que la gobernadora es la llave para darle continuidad al proyecto a partir de 2019. Vidal no está solo apuntalada por su imagen positiva. Horacio Rodriguez Larreta es su socio histórico que mantiene lealtad a esa unión. Sabe que aún no es su tiempo para una aspiración mayor al de gobernar la ciudad. Detrás de ellos se van apuntalando aliados menores.

El escándalo por los aportes truchos a la campaña electoral de Cambiemos golpea directamente a la gobernadora, la expone ante un hecho de corrupción muy grave. Las investigaciones judiciales, por el robo de identidad de gente socialmente vulnerable y los orígenes de los fondos que financiaron su campaña, puede tener un final similar al que sufre Miguel del Sel. Quien fuera candidato del PRO en Santa Fe terminó inhabilitado para ejercer cargos públicos por seis meses tras ser condenado, hace pocos días, por irregularidades en el balance partidario presentado en 2012 respecto a las elecciones de 2011.

Este presente de Vidal la coloca con una potencial pérdida de algunos puntos en su imagen positiva. Una debilidad que, con supina sutileza (aunque no es su fuerte), el Presidente intenta utilizar para poner mayor equilibro en la lucha de poder hacia el 2019. No en vano más de un vocero presidencial dejó trascender que la conferencia de prensa se trataba en realidad del lanzamiento Macri 2019, como mostró un zócalo de Crónica TV en la previa de la transmisión en vivo desde Olivos.