El malsano show comenzó después del 0-3. Comunicadores desbocados, opinadores destrozando y humillando  al caído. Creen que la derrota ante Croacia les otorga crédito para decir y hacer cualquier cosa. Ya lo hicieron antes en este mismo mundial. Desde la usina de mentiras más habitual salió la versión que destrozaba a Sampaoli, acusándolo de haber acosado a una mujer en Moscú. La derrota en la segunda presentación argentina agranda las ínfulas de ese protagonismo perverso. En un programa de tele se hace un minuto de silencio, escuchando de fondo la marcha fúnebre. En otro, desde Rusia, los especialistas gritan desaforados, piden que Sampaoli se vaya ya mismo. Apurado por dar alguna primicia hacen escuchar lo que dijo Aguero sobre el entrenador, después de una pregunta cargada de falsedades. “Estoy en contacto con Rusia y me aseguran que están todos en una habitación discutiendo”, dice un conductor todo servicio pasada la medianoche (seis de la mañana en Rusia). En medio de este destrozo verbal Caruso Lombardi aparece en escena. Asegura que los jugadores le hicieron la cama a Sampaoli porque no quieren jugar con tres en el fondo, no tiene empacho en dar por hecho que Burruchaga será el DT ante Nigeria. “Lo que pasa con Messi es que se peleó con la mujer, no ves que no está en el mundial”, susurra un chimentero. Otro, que dice hacer periodismo de investigación no se quiere quedar atrás y lee un cable “mira vos los alemanes tuvieron dos entrenadores en 12 años y nosotros ocho en cuatro”. Un cambalache, aunque muy lejos de la creatividad honorable de Enrique Santos Discépolo.