El ministro de economía ofreció, al caer la tarde de este agitado martes, una conferencia de prensa en el palacio de hacienda para dar detalles del acuerdo llegado con un grupo de bonistas que son tenedores de bonos argentinos con legislación extranjera. El ministro, con su habitual tono pausado, destacó que se ha dado “un paso muy importante en el proceso para tranquilizar a la economía argentina y comenzar a resolver la crisis transitada”.

Esa tranquilidad no solo será para los mercados, también lo será para la economía real. “El acuerdo dará un marco de mayor certidumbre a la economía real y le ofrecerá al Estado mejores herramientas para sus políticas públicas”, definió el funcionario que se puso al hombro la renegociación de la enorme deuda heredada por el actual gobierno. Si bien no se habló de porcentaje de adherentes, Guzmán definió que el acuerdo alcanzado es con un grupo mayoritario de acreedores privados y aseguró que se trata de una reestructuración sostenible para el país porque la Argentina se encontraba en una “situación de endeudamiento externo insostenible”, con una “carga que el país no podía hacer frente”.

El acuerdo con los acreedores externos implica para la Argentina una carga menor de deuda por US$ 42.500 millones durante los primeros cinco años señaló Guzmán, agregando que la negociación permitió reducir los intereses de un monto estimado en 7 dólares promedio a 3 dólares por cada 100 dólares en poder de los bonistas, junto con una reducción del capital del 1,9%.

Respondiendo algunas preguntas de los periodistas presentes en la conferencia, Guzmán planteo que el gobierno tiene una estrategia económica resaltando que es lo suficientemente elástico para no atarse a esquemas rígidos que después son difíciles de revertir, “en un contexto como el que estamos viviendo mantener cierta flexibilidad es fundamental”. Reafirmando que los bonistas que acordaron son mayoría el ministro posa “la expectativa en que se active la cláusula de obligatoriedad colectiva”. Finalmente señaló que “el siguiente paso en la relación con el FMI es tener un programa distinto que le permita crecer a la Argentina”