Por Claudio Leveroni

La zaranda sigue su movimiento en el gobierno nacional con la tardía renuncia de Francisco Meritello a la Secretaria de Medios de Comunicación, presentada al caer la tarde de este martes. Manzur logró ocupar el casillero que quedó vacante, colocó en ese lugar a una de sus voceras, la periodista Valeria Zapesochny. Desde despachos oficiales aseguran que ya no habrá más cambios. El relanzamiento del gobierno nacional está en marcha con el objetivo de fortalecer algunas aristas semi abandonadas en la etapa que quedó atrás y dejó como consecuencia una merma electoral como demostró las PASO. En dos meses hay un nuevo desafío, esta vez será por los porotos. Los más entusiasmados en el gobierno auguran poder revertir el mal resultado. Ponen como ejemplo lo sucedido en 2019, cuando el macrismo logró achicar en las generales la diferencia de 10 puntos respecto a los 20 que les había sacado el Frente de Todos en las primarias.

Los cambios de nombres en el gabinete nacional irá acompañado de políticas más agresivas en la recuperación de la capacidad de compra de los asalariados. No se tratará solo de otorgar aumentos o bonos compensatorios para jubilados o los sectores informales del trabajo. Controlar la inflación es la tarea. Hay un sector del empresariado, especialmente aquel que produce alimentos, reacio a dejar la cultura del remarque de precios. Un síntoma dinamizado en la desconfianza por lo que pueda venir. Con la cotización del dólar controlado y sin aumentos en los servicios, no hay margen para justificar la mayoría de los incrementos. El gobierno va por acuerdos políticos con estos sectores y desplegará un más riguroso control a los pactos celebrados. Tarea redoblada para Kulfas.

Se esperan anuncios para las próximas horas. Algunos de trascendencia para un segmento de asalariados jerarquizados. Aquellos trabajadores con una retribución de hasta 175 mil pesos mensuales pagarán Ganancias. Miles de personas más se sumarán al millón y medio de beneficiados con lo que fue una promesa electoral que incumplió Macri durante su gobierno, y concretada bajo la gestión de Alberto Fernández, pese a que nada había dicho en ese sentido durante su campaña. La escasa potencia de este anunció es una muestra de la floja tarea del área de comunicación del gobierno. Hay más ejemplos.

En la vereda de enfrente la oposición redobla una insana intención de no dar debate político. Solo alimenta su propuesta electoral para noviembre apuntando a Cristina Fernández, a quien acusan de todos los males. Robustecen el embrutecimiento anulando el debate de ideas. Acumulan adjetivos contra la vicepresidenta para que lo tome un sector social que redobla el odio heredado de los bombardeos a plaza de mayo en el ´55.

Reunidos en un hotel céntrico tres representantes de la alianza Juntos por el Cambio, expusieron este martes la pobreza intelectual del momento que atraviesan. Sentado en la mesa central del mitin estuvo Mauricio Macri. No hubo margen para que hable. Arrastra recuerdos ingratos de su paso por la administración nacional. Para colmo, una cámara indiscreta descubrió unas anotaciones propias escritas con groseras faltas de ortografía. Sería lo menos preocupante de no mediar sus antecedentes como Presidente.

Los radicales tratan de despegarse de la figura de Macri, lo consideran un lastre político. Sin embargo, la interna de Juntos por el Cambio en las PASO dejó un mal mensaje en ese sentido para los boinas blancas. El Pro superó con holgada comodidad a la UCR. El partido creado por Macri continúa liderando el destino de la alianza de centro derecha.