“Ahí viene, está justo terminando una partida”, describe Lorena, su mamá, ante la llamada telefónica. Candela Belén Francisco Guecamburu, su única hija, tiene sólo 14 años y no le afloja nunca a la pasión por los tableros. Acaba de consagrase subcampeona mundial de ajedrez escolar en un certamen que se realizó de forma virtual entre 314 estudiantes de 38 países, pero redobla la apuesta. “Al principio estaba molesta, porque quería ganar el título, pero ahora con el paso de los días lo valoro más. Mi meta es ser campeona del mundo y lograr la norma de Gran Maestra”, señala la brillante jugadora oriunda de Pilar.

Su historia con el ajedrez comenzó con la magia de una navidad. “No teníamos mucho dinero para un regalo y le compramos un tablero en un bazar que nos costó sólo 19 pesos. Fue hace casi diez años, desde ahí ella empezó a sentir curiosidad y un tiempo más tarde la mandamos a una guardería, acá en Pilar, donde tenía un profesor que le enseñaba el deporte”, recordó Lorena. Y agregó: “Cuando nos dijeron que tenía condiciones, empezamos a llevarla al Círculo de Villa Martelli, porque ahí están los mejores, aunque no nos queda cerca y nos hacemos siempre los 50 kilómetros para que ella pueda ir”.

Candela, que tiene un palmarés que incluye medallas a nivel sudamericano y panamericano, es la única hija de Lorena (comerciante) y Agustín (gestor). “Nos esforzamos para que ella pudiera progresar y prepararse donde están los mejores. Ahora, durante la pandemia, siguió con las clases a través de Skype”, detalla orgullosa mamá.

La joven ajedrecista, que se quedó con la medalla de plata con 7.5 puntos sólo por detrás de la iraní Sahar Masoumi Kajaz, detalló que “siempre es lindo competir en torneos donde representas al país” y recordó que “a veces es difícil competir en algunos torneos presenciales, por los costos de los pasajes y demás, pero este tipo de logro ayuda también a ir abriendo caminos”.

Francisco Guecamburu sabe que tiene mucho camino por recorrer, pero se entusiasma con su presente. “No tengo el mejor ranking porque no viajé tanto, pero sé que todavía soy joven y de a poco voy a ir logrando los objetivos. Me acuerdo de mi primer Nacional que jugué en 2016, en Villaguay, donde me fue muy bien, saqué una medalla de bronce y ahí empecé a motivarme muchísimo con el ajedrez. Desde ahí, me empezaron a pasar cosas muy lindas”, recordó.

Entre esas “cosas lindas” se detallan: dos medallas doradas en las finales de Juegos Evita 2019 representando a la Provincia de Buenos Aires, los títulos de actual Campeona Argentina y Sudamericana, además ser la subcampeona Panamericana vigente, lograr la norma WFM (Woman FIDE Master) que representa el primer gran paso a nivel internacional e integrar el equipo sub23 del Comité Olímpico Argentino, en 2020. “Mi sueño es ser campeona mundial, poder jugar por todo el mundo representando a mi país y lograr la norma de Gran Maestra”, se ilusiona. Y sueña despierta, con la potencia de torres, caballos y alfiles que convierten en realidades cada uno de sus deseos.

#Nota publicada en Deportes Argentina