Un comunicado polémico, de extrema pobreza conceptual, difundió la UAR tras el asesinato del joven Fernando Báez Sosa a manos de un grupo de jugadores pertenecientes al club Náutico Arsenal Zárate. El hecho conmueve al país por la brutalidad con que fue atacada la víctima fatal. El salvajismo de los atacantes se puede apreciar en distintos videos viralizados.

La esquela de la UAR habla de fallecimiento, omite la definición de asesinato. No pocos referentes históricos de nuestro rugby salieron a separarse de ella. “No estoy de acuerdo, a mí no me representa ese comunicado” dijo Eliseo Branca en declaraciones a Radio Nacional. El titular de la UAR tampoco puso claridad cuando salió a realizar alguna declaración al compás del comunicado, que evitó reiterar ante la andanada de críticas. El rugby debe dar respuestas que estén a la altura de las circunstancias y no meras declaraciones formales de ocasión.

El comunicado de la UAR fue el siguiente:

Tras los hechos públicamente conocidos de violencia física relacionados con jugadores de rugby, estamos profundamente consternados, por lo cual, consideramos necesario pronunciarnos.

Lamentamos profundamente el fallecimiento de Fernando Báez Sosa esta madrugada en la localidad de Villa Gesell y queremos expresar nuestra mayor solidaridad para con sus familiares. Es aborrecible que un joven salga a divertirse y termine de esta manera.

Esto no puede volver a suceder en nuestra sociedad y todos juntos debemos condenar expresa y enfáticamente estos sucesos de violencia.

Ante esto, inmediatamente, la Unión Argentina de Rugby ya trabaja en redoblar los esfuerzos y generar un programa específico de concientización que colabore para que estos casos no sucedan nunca más. Lo implementaremos junto a las 25 uniones provinciales para que se traslade a los clubes, conscientes de que podemos ser parte de la solución a la violencia entre los jóvenes, independientemente de que no sea una exclusiva responsabilidad nuestra.

Nuestro juego convive con el contacto físico desde muy temprana edad, pero siempre dentro de un claro reglamento. Quienes no lo entiendan de esta manera y usan su fuerza física en detrimento de otro no representan nada del rugby ni sus valores. Son la cara más cruel de un flagelo que atañe a toda la sociedad.