Por Claudio Leveroni

Una carta documento de carácter verbal emitió el presidente en su mensaje de este domingo. Después de anunciar lo más importante, la extensión de la cuarentena hasta concluir semana santa, Alberto Fernández reservó unas líneas de su discurso para responderle al grupo Techint, aunque sin nombrarlo. “No podemos en semejante crisis desamparar a alguien dejándolo sin trabajo. Para muchos empresarios se trata de ganar menos, no de perder. Bueno muchachos, les tocó la hora de ganar menos y así lo voy a hacer respetar”, expresó el presidente con gesto adusto y mirando con firmeza la cámara. Una respuesta a los 1.450 despidos que anunció al grupo que conduce Paolo Rocca.

El gesto grotesco de Techint no responde solo al cuidado de su patrimonio, es un mensaje político haciendo punta en la defensa de los intereses de un poderoso sector que siente la incomodidad que generan las decisiones del actual gobierno. El mundo después de la pandemia no será lo mismo. ¿Quién pagará los daños provocados por el virus y por quienes lo combaten dejando a la economía como un daño colateral? El mensaje de la multinacional ha sido claro en ese sentido. Nosotros no. Un grupo de Bancos privados adoptó una determinación similar al resistir una normativa del Banco Central que plantea volcar en créditos con una tasa del 24%, unos 350 mil millones de pesos a Pymes para afrontar el próximo pago de salarios. No hablamos de los bolsones del rapiñaje, del acaparador de productos en épocas de pandemia, ni del febril remarcador de precios que saca tajada de la desdicha general. Hablamos de quienes están diseñando la dirección que tomará la versión del capitalismo que viene tras el paso brutal del Covid-19.

Alberto Fernández tomó nota de la misiva empresarial y advierte. Pero, también reflexiona sobre la soledad mundial de su postura. “El nuestro es un caso único”, comentó en el mensaje de este domingo resaltando que la determinación de aislamiento obligatorio para todo el país no lo había realizado con tanta anticipación ningún otro gobierno en el mundo. Agregó algo más sustancial: “No se trata de economía o salud”, sentenciando como un falso dilema ese planteo que el propio mandatario había señalado en varios comentarios anteriores. Más que una contradicción ha sido un reposicionamiento de su postura, mientras entrelaza alianzas que lo fortalezcan. En su respuesta humanista contra los despidos, que anticipó en redes sociales, unió el mensaje al del Papa Francisco.